jueves, 30 de enero de 2014

Madrid es ella





Ella era toda la poesía que se escribía en Madrid, 
el verso más bonito de Gran Vía, 
la boca más hermosa de Malasaña, 
los ojos más tímidos de los cines de Callao, 
la cabeza más heavy que había pasado por Argüelles, 
la cintura más bonita que veías por el metro,
las piernas más largas de la Plaza Mayor
y la falda más corta de Montera.

La musa que aún seguía inspirando la estatua de Bécquer.
El rayo de sol más brillante de una tarde de domingo en el Retiro,
la reliquia más bonita del Rastro,
la que podía domar los leones de Cibeles,
la quinta torre de Madrid,
el palacio más real de todo mi reino.

Madrid es ella.
Y yo, sólo una de sus calles.

(…)

La nariz más roja de la casa de Campo,
Los acordes de jazz más hermosos del Café central
(…)
Los copos de nieve que los tejados echan de menos
La única diosa de todas las catedrales (…)
El único monumento del templo de Debod
La palabra más bonita del Barrio de Madrid
La única movida que existió en Madrid.

(...)

¿El mundo ha cambiado o sólo lo parece?

A día de hoy vivimos en mundo globalizado, eso es algo que no paramos de escuchar, y esto lo que significa es que está todo interrelacionado, conecto, que existe una red a nivel mundial. Para analizarlo, y así poder entenderlo el punto de vista económico es la clave del juego ya que en el sistema capitalista es el que se ha establecido en nuestra sociedad. Y esto es precisamente lo que llevamos haciendo estos meses en la asignatura de Economía política 2; aprendiendo y ampliando conocimiento de un forma transversal la cuestión que me planteo. Y como reflexión digamos "final" (no última y definitiva) que saco de este curso, es si el el mundo avanza o se transforma.

Contemplando nuestro mundo actual podemos ver grandes avances, sobre todo tecnológicos, y es que esta ciencia la que ha acelerado el ritmo de todo. Ahora parece que todos estamos viendo como el mundo se transforma y nos fascinamos por las nuevas tecnologías, porque mis abuelos jamas creyeron que "hacer skype" fuese posible y pudiesen ver a su nieto en tiempo real y hablar con él a miles de kilómetros, que en la palma de tu mano puedas tener toda la información imaginable. Cierto es que la explosión de este sector ha repercutido al funcionamiento de todo, desde las relaciones sociales, hasta la medicina.

Que las sociedades se han desarrollado en una gran parte del globo terráqueo estableciéndose democracias que velan por la voluntad del pueblo y se basa en unos derechos individuales. Que se ha establecido una sociedad internacional que defiende los derechos humanos. Que hay menos pobreza extrema que hace medio siglo. Y que parece que todo se ha vuelto al fin justo y solidario... Pero no somos tan ingenuos; sabemos que los mercados existen y rigen la actividad económica cuyos principios poco se parecen a los teóricos que debieran gobernar el mundo, porque podemos afirmar que pesan mas los mercados que los gobiernos es un hecho.

En momentos de crisis cuando se tambalea el sistema es cuando miramos a trasluz y vemos como funciona realmente el sistema. Y siendo simplistas y gráficos el hecho es que mientras está teniendo lugar un crisis económica y social mundial los que sufrimos las consecuencias de manera directa es una mayoría de la población, indirectamente se llega incluso a esa minoría que es tan solo el 9.8% de la población mundial y maneja el 85% de riqueza. Y en estas circunstancias lo único que ocurre es que aumenta la criba y se reduce el porcentaje de personas con poder. Y esto ocurre desde los inicios de la civilización y no ha habido ley ni orden que lo corrija de forma efectiva, porque en los sistemas "comunistas" acababa reluciendo una cúspide y volvía a surgir la desigualdad, y al fin y al cabo hemos sido nosotros, los ciudadanos de cada país, los que hemos decidido de manera activa o pasiva incorporarnos al sistema capitalista. Porque lo que no podemos es exculparnos y culpar a unos seres lejanos y superiores. Nosotros hemos luchado por unos derechos que no son para nada idealistas, solo falta que realmente se cambien las reglas del juego que son las leyes, y quien se encargo de ellos es un órgano distinto en cada país, pero en todos ellos son los ciudadanos los que votan. ¿Realmente la mayoría quiere que cambien las cosas o tan solo que sigan como siempre, como antes de la crisis?...




martes, 14 de enero de 2014

No creo en las casualidades

Todos los que estamos estudiando esta carrera es porque tenemos la pretensión de cambiar algo, de mejorarlo, de destruirlo para imponer algo nuevo de impulsar cosas distintas, porque sino estudiar ciencias políticas de ningún sentido en sí misma. 
Y en una asignatura como ésta en la que todo está conectado, y lo estamos comprobando en cada sesión en la que relacionado con la economía llegamos a cualquier ámbito, porque es básicamente es el eje central del mundo actual. En la última sesión uno de los grupos hizo una impresionante el trabajo sobre de las cooperativas, un modo alternativo entender la empresa, que en España tiene poco alcance, pero en otros países sí como nos explicaron, y terminaron su exposición (porque luego tiempo para más), explicándonos un modo alternativo hacer compra que contribuye a cambiar un poco el mundo. Una manera de comprar responsable tanto con lo social como con lo ecológico, un grano de arena para la mejora de nuestra sociedad. Y como dirían algunos, "casualmente" el otro día una persona a la que admiro profundamente descubrí que participaba en una de estos grupos de consumidores responsables, que viene siendo básicamente coordinarse entre cierto números de personas para asociearse de manera voluntaria para realizar la compra de cada uno de sus hogares directamente a los proveedores que cumplen determinados requisitos, los cuales se deciden entre todos, votando y deliberando en asamblea.

Esta iniciativa supone un pequeño cambio en la mentalidad de quien lo lleva acabo, y me parece realmente interesante que se lleven a cabo proyectos como estos, que salgan de ciudadanos corrientes, que no son necesarias grandes revoluciones, ni que todo cambie radicalmente, sino que cada uno de nosotros puede contribuir a cambiar este mundo mucho más de lo que cree, y si todos fuésemos conscientes el resultado sería una sociedad diferente, porqué sumado supondría un cambio en la manera de concebir el consumo, tal cual. La conexión de las cosas, relacionarlas, te lleva reflexiones que te hacen plantearte cuestiones que ni te habías parado a pensar, y no es por arte de magia, ni de casualidad.